Me hubiera gustado que las cosas pasaran sin darle más vueltas.
Y que nuestros caminos se hubieran separado, tal vez juntándose en otro momento de nuestras vidas.
Pero no ha sido así. Y sigo pegada a ti como un drogadicto a su cocaína.
Sigues estando en mis pensamientos, siempre. No se le olvida el efecto que tus manos causaban en mi piel, ni el sabor de tus besos. No existen parches, ni pastillas para pasar el mono. No hay nada.
Y no será porque no lo he intentado. He estado en otras camas, entre otros brazos, pero ellos no causaban el mismo efecto, no era tu olor, tu tacto...

Tal vez si las cosas hubieran sido diferentes, si no te hubieras marchado como lo hiciste, si me hubiera desenganchado poco a poco, las cosas serían diferentes. Pero ahora, lo único que se, es que tengo ganas de estar contigo.